La hipótesis del tiempo fantasma, ¿qué pasó con el “tiempo”?
La hipótesis del tiempo fantasma, ¿qué pasó con el “tiempo”?
Vamos a empezar por el principio… el principio del tiempo registrado. El calendario más antiguo del mundo se cree que data del 8.000 a.C., según la Comisión Real de Monumentos Antiguos e Históricos de Escocia. A medida que las civilizaciones del mundo han evolucionado, cada una de ellas ha desarrollado sus propios calendarios individuales a base de fases lunares y temporadas de cosecha.
calendario Juliano
A partir del 1 de enero, del año 45 a.C., el calendario Juliano fue el calendario predominante en gran parte del mundo durante los próximos 1600 años, hasta que el Papa Gregorio XIII instituyó el calendario gregoriano en 1582. Un historiador alemán con el nombre de Heribert Illig publicó por primera vez en 1991 su teoría sobre que en la historia faltan 297 años de tiempo, y que no vivimos en el año 2013, sino en 1716. Estos años que faltan se deben probablemente a un “accidente, o a la mala interpretación de documentos.” Pero el tiempo que falta, sin duda podría explicarse debido a la conmutación de los calendarios a través de los siglos que dieron lugar a errores de cálculo y errores humanos. Así que la pregunta sigue siendo: ¿a dónde fue todo ese tiempo?Un colega historiador de Illig cree en la Hipótesis del tiempo fantasma, citado en un artículo de investigación de 1995 (revisada en 2003) que trata de demostrar que los años desde el 614 d.C. al 917 d.C. nunca ocurrieron. Se basa en pruebas varias, como por ejemplo la capilla de Aquisgrán, que aunque supuestamente fue construida en el año 800 d.C., tenía similitudes arquitectónicas con capillas construidas al menos 200 años más tarde. Durante este período de tiempo también el Imperio bizantino se sometió a una reforma masiva del gobierno, sin embargo, “no existen fuentes históricas de la supuesta reforma en este periodo.”
la capilla de Aquisgrán,
Además, Neimitz utiliza la falta de documentación de la amplia expansión de la religión del Islam por toda Persia y Europa y la inactividad del pueblo judío durante una época de gran agitación como otra evidencia. Mediante la conexión de todos los puntos, explica Niemitz, se hace palpable que estos 297 años no aparecen en la historia de muchas culturas y civilizaciones diferentes.Teniendo toda la información y pruebas, parece que la respuesta a la pregunta del principio de “¿dónde ha ido el tiempo?” Es absolutamente a ninguna parteComo era de esperar, Niemitz e Illigs no están solos en su verdad revelada. En Rusia, un grupo de historiadores y matemáticos (Nikolai Morozov, Anatoly Fomenko -foto-…) abrió el camino a mediados de los 80. Basándose en los trabajos de inspiración bíblica de Jean Hardouin (1649-1729) que tanto gustaron a Isaac Newton, los ínclitos llegaron a la conclusión de que todas las fechas estaban mal, y que en el siglo XVI los monjes benedictinos se encargaron de falsificar miles de textos griegos y romanos. Así, explican, el Viejo Testamento se escribió en realidad entre los siglos XIV y XVI, y la historia de Grecia, Roma o Egipto se la inventaron esos mismos religiosos.
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